Noticias, Palabras del Obispo
Consagrados por, para y en el Amor

La expresión “Vida consagrada” denomina a sus hijas e hijos de la Iglesia que, en el camino del seguimiento del Señor Jesús, dejan que su existencia sea totalmente tomada por él para testimoniar ante el mundo la presencia de su Reino de amor en una variada riqueza de carismas y de forma radical, viviendo en comunidad la obediencia de la fe, la castidad del alma y cuerpo junto a la sobria y austera pobreza como votos de vida.
En esta festividad de la Presentación de Jesús en el Templo, la Iglesia universal reza especialmente por estos miembros del pueblo santo de Dios. Y, por ello, deseo manifestar mi reconocimiento y gratitud a las comunidades religiosas presentes en nuestra Iglesia particular. Algunas lo están desde antes de la fundación de la diócesis y otras han venido recientemente, todas son reconocidas, apreciadas y queridas por los fieles, y también por personas que no comparten nuestra fe, por el testimonio de su presencia orante y servicial acompañando y sosteniendo la vida de las comunidades tanto en lo religioso como en lo social y cultural.
Esta festividad, con la riqueza de su celebración litúrgica, nos convoca a volver al “primer amor”, a lo orígenes de la vocación, para renovarla genuinamente poniendo la existencia toda en la presencia del Señor “sin jugar a las escondidas”. Es ocasión para fortalecer la vida comunitaria propia, signo tan apreciado por el pueblo de Dios, cuando trasunta y contagia caridad y amor. Todo ello nos pone de cara a la misión de cada día, la cual, en la variedad de sus formas, siempre es anuncio, realización y testimonio de la verdadera alegría, entusiasmo y esperanza que brotan de una vida según la primera “regla y constitución” que es el Evangelio.
Con el saludo de corazón, los bendice afectuosamente
+Ariel Torrado Mosconi
Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio