Noticias, Tres Algarrobos
“Esta llamada es a toda la Iglesia”
En una celebración presidida el lunes 20 de noviembre por el obispo de Nueve de Julio, monseñor Torrado Mosconi, el diácono Ariel Palanga fue ordenado sacerdote. Amigos, familiares, sacerdotes y miembros de la comunidad parroquial colmaron la parroquia San José de la localidad de Tres Algarrobos (partido de Carlos Tejedor).
Se sumaron a ellos los seminaristas que recibieron diferentes ministerios. Entre ellos Rodrigo Álvarez, José Pedraza e Ignacio Balle (Lectorado) y Brian Ramos (Admisión a las Sagradas Ordenes).
Durante su homilía, el obispo se dirigió al nuevo sacerdote en particular pero también a todos los presentes en general recordando que ver a uno de los hijos de este pueblo recibir la ordenación sacerdotal constituye “una verdadera fiesta para la Iglesia que peregrina en nuestra Diócesis” y que por ende, “es una llamada a toda la Iglesia”.
“Todos tenemos una misión grande en este mundo – agregó- …Por ello hoy también celebramos que toda vida humana es un don y una llamada…La fe y el bautismo son una llamada a la santidad. Y cada uno de nosotros es llamado a vivirla con una vocación particular: el matrimonio, la consagración religiosa, un servicio especial a los demás, o, como en este caso, a la vocación sacerdotal”.
El prelado recordó a Ariel que hoy Dios lo “convoca a asumir la hermosa y grave misión de ser mensajero de la Buena Noticia” y que, como médico de almas, “tendrá que escuchar atentamente el dolor de los demás, curando con la medicina espiritual de la Palabra y la gracia, a las personas golpeadas, heridas y llagadas por la agresividad y la crueldad de un mundo tan lleno de maldad e indiferencia”.
Monseñor Torrado Mosconi lo exhortó a convertirse en “un misionero incansable de la Palabra de Dios”. “Que te queme por dentro y te suelte la lengua a tiempo y a destiempo para anunciar el Evangelio. Que tengas el celo del Santo Cura Brochero para llevar la gracia de la cual serás constituido administrador a los sitios más distantes, los hermanos más alejados y hasta todas las periferias humanas y existenciales”.
Por último animó a todos los fieles y particularmente al nuevo sacerdote a vivir su ministerio con amor, caridad, compasión y misericordia. “En nuestra época no nos podemos quedar en teorías y palabras, mucho menos en meras críticas o quejas y reclamos…. Nunca debemos hacernos los distraídos y mirar para el otro lado ante quien nos necesita. No anestesiemos nuestro corazón ante el sufrimiento humano. Jamás dejemos de conmovernos”.