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Gratitud y amistad para tiempos reicos
60° aniversario del Carmelo «San José» de Nueve de Julio
El cultivo y testimonio de la amistad con Dios, en línea con la espiritualidad carmelitana, ha sido la característica de este Carmelo” afirmó el obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio, Ariel Torrado Mosconi, al celebrar la Misa en acción de gracias por los sesenta años de la llegada de las Hermanas carmelitas descalzas a Nueve de Julio.
El viernes 12 de mayo se cumplieron los sesenta años de la llegada de las monjas del Carmelo descalzo a la ciudad de Nueve de Julio, por ese motivo, el obispo diocesano monseñor Ariel Torrado Mosconi presidió la concelebración eucarística de acción de gracias en la iglesia dedicada al “Padre de las misericordias” en el monasterio “San José” de dicha ciudad.
En la homilía el Pastor diocesano comenzó afirmando: “En esta celebración de acción de gracias, providencialmente, las lecturas nos hablan de la amistad. La amistad con Dios es característica de la espiritualidad carmelitana. ´Amigos fuertes de Dios´ -decía Santa Teresa-” en tiempos difíciles para el mundo, la Iglesia, argentina y el Carmelo. Luego sostuvo: “La amistad con Dios es la fuente de la cual mana la gracia que nos sostiene en el camino, en medio de estos ´tiempos recios´ al decir de la santa Madre”. Para concluir exhortando: “Agradecidos por estos sesenta años de fidelidad a Dios, pidamos entonces, ser amigos fuertes de Dios para estos tiempos difíciles.”.
El arribo de las religiosas a la ciudad acaeció el 11 de mayo, previa visita a la basílica de Luján, y la vida monástica de clausura comenzó propiamente el día 12, en lo que había sido la casa de la familia Pironio, luego de la misa celebrada por el obispo diocesano de entonces, monseñor Antonio Quarracino.
La Hermana Susana, del grupo de las monjas fundadoras y hoy residente en el Carmelo “Santa Teresita” de la calle Ezeiza en Buenos Aires, recuerda que, los por entonces monseñores Antonio Quarracino -recién nombrado obispo de Nueve de Julio y sin estar consagrado todavía- y Eduardo Pironio visitaron en 1962 dicho monasterio. El primero preguntó a la Madre priora qué debía hacer para tener un convento carmelita en su diócesis, a lo cual se le contestó que bastaba con pedirlo sin más. Ella misma, recuerda que el contingente fundador estaba conformado por las hermanas María Estela, María Elena de la cruz, María del Carmen, Lucía de Corazón del Inmaculado Corazón de María, Alicia, novicia, María San José, también novicia, y ella misma, acompañadas por la priora de Buenos Aires, Madre María Teresita de Jesús. Refiriendo las dificultades de los tiempos fundacionales, la Hna. Susana -quién recién había ingresado al Carmelo capitalino, fue elegida para integrar el grupo fundador e hizo sus primeros votos en aquella primera vivienda conventual- afirmó: “fuimos con mucho entusiasmo porque siempre que se va a emprender algo, lo tira para adelante la esperanza “.
En la actualidad la comunidad está compuesta por ocho monjas, una de las cuales pertenece al grupo fundador, María del Carmen del Verbo Divino y la Madre Priora es María Teresa de Jesús Bolívar.
Es de destacar la especial vinculación del Venerable Siervo de Dios cardenal Eduardo Francisco Pironio con este convento contemplativo, no solamente en los momentos fundacionales poniendo a disposición su casa paterna para primera residencia de las monjas, sino hasta el final de su propia existencia visitándolo y celebrando allí la Eucaristía cada vez que venía por Nueve de Julio -la feligresía local todavía recuerda el memorable Triduo pascual que celebrara el año 1987 luego de la visita de san Juan Pablo II a la argentina y II Jornada mundial de la juventud en Buenos Aires, de la cual fue principal gestor- predicando retiro o acompañando personalmente a muchas Hermanas en su camino espiritual. Las monjas comentan al respecto: “Aún en medio de sus compromisos en la curia romana y viajes, nunca dejó de contestarnos personalmente las cartas que le mandamos”.