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Jóvenes de Trenque Lauquen tras el encuentro en Rosario
(Por Juan Manuel Sotullo).- Un grupo de 18 jóvenes de Trenque Lauquen participó del Encuentro Nacional de la Juventud de la Iglesia Católica que copó con 50 mil participantes la ciudad de Rosario.
Los jóvenes realizaron actividades al aire libre, talleres donde debatieron temas de actualidad desde la mirada de Cristo, visitas a cárceles, barrios carenciados y hospitales. En las ceremonias estuvieron presentes el cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, y el arzobispo de Rosario monseñor, Eduardo Martín.
De las experiencias, los jóvenes de Trenque Lauquen (17 chicas y 1 varón de entre 14 y 18 años) manifestaron su alegría por conocer y compartir con tanta gente de distintos puntos del país, todos unidos por un mismo motivo: Jesús.
“¡Realmente Rosario explotó de jóvenes y de amor! Espero que como dijo el Papa, seamos jabón.. Que hagamos espuma, pero que seamos jabón… Hermosos sentimientos compartidos con Jesús!”, comentó Martina Marchabalo, de 15 años.
Por su lado, Valentina Doddate, de 18 años, remarcó sus impresiones: “fue maravilloso ver a tantas personas siguiendo a Jesús, tantos jóvenes en el mismo camino y siendo instrumento”. Y recordó como muy profundo el momento de la adoración: “cuando para adentro le hable a Él y le dije que me mande una señal, poco después me largué a llorar con todo, sintiendo más que nunca su amor y dándome cuenta que Él si estaba conmigo”.
En tanto, Patricia Madroñal de Moita, una de las coordinadoras, repasó algunos de los gestos iniciados por el grupo de Trenque Lauquen en Rosario: “nuestros chicos contagiaban, mientras caminaban, una alegría intensa, a lo que los rosarinos respondían con cantos, aplausos y bocinazos”. Y destacó un dato particular de la ciudad: la limpieza en las calles.
Pero lo más emotivo del Encuentro para Lucía Vicente, de 15 años, fue el momento en que 700 chicos de no más de 18 años rezaron todos juntos en una parroquia un Padre Nuestro por la salud de dos chicas que iban al Encuentro y tuvieron un grave accidente: “mientras rezábamos se sintió muchísima paz en el ambiente, no sé bien cómo explicarlo, como si el de Arriba estuviera ahí entre nosotros, como si nos acompañara”.
También integró la comitiva de Trenque Lauquen Camila Germain, de 14 años, quien se impresionó con la marea de jóvenes: “me hizo sentir que Jesús está en todos lados, no solo cuando rezo o voy a la iglesia”. Y agregó, muy sensibilizada: “fue re lindo sentir que nuestra vida vale y que somos importantes para la iglesia”.
Por su lado, Julieta Dotax, de 15 años, marcó que “fue una experiencia única ver a tantos chicos unidos por un mismo amor, una misma locura… las sensaciones que se vivieron fueron únicas y quedarán para siempre guardadas en mi corazón”.
En tanto, Sara Miranda, de 15 años, reflexionó sobre la importancia de juntarse y advertirse reflejada en el otro: “me hizo ver que no soy la única, que me pasan cosas que también le pasan a otros”. Y agregó una frase desde el corazón: “me dio mucha confianza en Jesús, en los demás y en mi misma… y me ayudó a entender Jesús y que hay gente que me quiere como soy y por lo que soy”.
Todos coincidieron en el sentimiento, el contagio del Espíritu y la emoción que colmó de alegría a los participantes. Y las palabras que más se multiplicaron en los testimonios fueron: felicidad, amor y ganas de vivir en el camino del Señor.
Finalmente, Ivo Redel, de 18 años, fue contundente: “gracias a estos momentos uno se siente más vivo que nunca”. Y siguió: “esa llama la viví con intensidad al compartir un encuentro desbordado de sensaciones, con infinitos sentimientos, con la alegría del reencuentro con amigos o del entusiasmo de hacer nuevos”.
Redel dejó algunas diapositivas que quedaron grabadas en su retina: “volví a ser un niño al dibujar con fibras de colores, continuando con la euforia de dar saltos en grupo bajo las estrellas, con la pasión de escuchar una hermosa canción con los brazos levantados al compás de la melodía, con la tranquilidad y serenidad que se derrama sobre los problemas al ser deslumbrados por la belleza en su máxima expresión, y finalizando, con la esperanza, producto de un gran equipo, reunido por y para el Amor, que luchó y seguirá luchando para renovar la historia”.
La comitiva resumió su experiencia en una sencilla frase: “Jesús nos guía y lleva por el Camino del Amor… Nos pide que escuchemos y hagamos lo que dicte nuestro corazón, porque es ahí, donde están las respuestas”.