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La pandemia como oportunidad para la renovación de la vida consagrada
La vida consagrada es todo un testimonio de esperanza y comunión, vivida en la fidelidad y el servicio cotidiano de su misión en el mundo y en la Iglesia. Con un encuentro vía zoom por la mañana y la misa vespertina transmitida por streaming desde el santuario diocesano de Nuestra Señora de Fátima, se ha celebrado la Jornada de la vida consagrada en nuestra diócesis, este martes 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María.
Alrededor de catorce comunidades de religiosas, más de treinta religiosas y laicas consagradas se dieron cita en un encuentro vía zoom, convocadas por el Obispo diocesano, para compartir un momento de encuentro, oración y diálogo fraterno, conmemorando la Jornada de la vida consagrada que, en argentina, se celebra cada 8 de septiembre en coincidencia con la fiesta de la Natividad de la santísima Virgen María.
Al inicio, luego de la bienvenida, los saludos y la presentación de quienes se iban uniendo al encuentro virtual, monseñor Torrado Mosconi, invitó a la oración
A continuación el prelado tuvo a su cargo una meditación sobre la vida religiosa de la diócesis en un período de pandemia. Allí sostuvo que, evidentemente es una situación crítica, de pérdida y sufrimiento tal como lo estamos experimentando junto a la sociedad toda. Al mismo tiempo, bien puede ser una muy buena oportunidad para un consagrado de crecer en profundidad espiritual y renovarse desde el silencio y la contemplación, la confianza en Dios que es fundamento de la esperanza, y la vida comunitaria vivida más intensamente convirtiéndose en escuela de fraternidad, en estos tiempos en que todos debemos remar juntos para salir de esta tempestad.
Un momento muy sentido fue cuando monseñor Ariel invitó a las consagradas a renovar sus votos religiosos en la compañía de sus hermanas religiosas de todas las órdenes, congregaciones e institutos presentes en nuestra Iglesia particular.
Luego se tuvo un momento para los saludos e intercambios de experiencias muy rico, comentando cuanto se va viviendo en esta situación tan inédita.
Por la tarde, el obispo celebró la eucaristía en el santuario de Nuestra Señora de Fátima poniendo en manos de la virgen a las religiosas de la diócesis.