Noticias, Palabras del Obispo

17 marzo, 2020

Normativa del Obispo y del Consejo Presbiteral ante el avance del Coronavirus

CARTA
DEL OBISPO Mons. ARIEL TORRADO MOSCONI
Y EL CONSEJO PRESBITERAL
AL PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA
EN LA DIÓCESIS DE NUEVE DE JULIO

Nueve de Julio, 17 de marzo de 2020

«Caminar en comunión para anunciar a todos la alegría del Evangelio»

Querido pueblo santo de Dios:
Teniendo en cuenta la necesidad de cuidarnos los unos a los otros y las orientaciones emanadas por las autoridades competentes para prevenir y combatir el avance del Covid 19 (Coronavirus) dirigimos este mensaje. En efecto, a fin de dar una respuesta pastoral adecuada y proveer al cuidado  de  los  fieles,  hemos  decidido  la  siguiente  normativa,  junto  al  Consejo Presbiteral, manteniendo las anteriores disposiciones: 

1.-Se dispensa a todos los fieles del precepto dominical. La celebración de la misa deberá ser sin la participación de los fieles. Pido a los párrocos y administradores parroquiales que sigan celebrando la misa diaria, pudiendo ser asistidos por algún acólito, los lectores y cantores, observando la normativa sanitaria establecida. Aunque no estén los fieles presentes, que la comunidad toda sepa que la celebración del sacrificio pascual se sigue llevando a cabo, es un signo fuerte de que Dios no abandona a su familia en medio del dolor, la crisis y la prueba. Muestra y manifiesta la solicitud de la madre Iglesia que no olvida a sus fieles rogando en la tribulación. Es, también, un claro gesto y testimonio evangelizador ante la sociedad toda. En la medida de lo posible sería bueno que pueda ser filmada para compartir por los medios de comunicación locales.

2.- Ateniéndonos a las reglas establecidas para el caso y tomando los recaudos pertinentes, pedimos que siga llevándose adelante la acción de Cáritas y Pastoral de la Salud a fin de dar el necesario sostén, socorro y alivio espiritual en estos momentos. Pido también alentar y colaborar con la oración y la ayuda posible, la tarea de las autoridades y del personal sanitario. Un saludo o mensaje, la bendición en la entrada de los centros asistenciales u otra expresión similar es significativa y eficaz en momentos como este.

3.- Exhortamos -ya que se recomienda la permanencia en el hogar- a vivir aquella realidad de nuestra fe que es la familia como “iglesia doméstica”. La oración, la reflexión y el compartir en familia puede ser una ocasión de crecimiento y maduración espiritual. Propongo, incluso, junto a la lectura de la Palabra de Dios o el santo Rosario, un ritmo simple y sencillo para la mayoría de la familia. Puede ser un salmo de acción de gracias y alabanza por el don de la vida, aún en medio de las dificultades, por la mañana. Una oración de bendición al mediodía con el recuerdo de los enfermos, de los pobres y de quienes los cuidan. Y, por la tarde o la noche, la lectura de evangelio del día u otra lectura bíblica para meditarla en un instante de silencio y compartirla luego entre todos.

4.- Utilizar también los medios de comunicación posibles para llevar la tarea evangelizadora a los hogares, la catequesis a los niños, el alimento espiritual a las personas ancianas.

5.- Los Bautismos o demás celebraciones sacramentales se podrán hacer de manera privada o con poca asistencia de los familiares más íntimos.

6.- Los templos deberán seguir abiertos para que los fieles puedan acercarse para su oración personal. Dentro de lo posible determinar un lugar de la Parroquia (sede parroquial o alguna capilla) donde se haga Adoración Eucarística durante todo el día. También se podrá recibir la sagrada comunión en un horario determinado siguiendo todas las medidas sanitarias.

Estas normas rigen a partir de la fecha y hasta el 31 de marzo, con posibilidad de postergarse si fuera necesario.

En los próximos días enviaremos más indicaciones y subsidios para vivir esta situación inédita que debemos enfrentar con coraje y creatividad.

Por último, invitamos a todos los fieles a la confianza en Dios, que nunca nos abandona y disipa todos los miedos, a la oración incesante y al amor mutuo que ha de prevalecer aún más en estos momentos difíciles.

Que el cuidado maternal y lleno de ternura de Nuestra Señora de Fátima, Patrona de nuestra diócesis, nos conceda la serenidad, el consuelo y la paz que necesitamos.

+Ariel Torrado Mosconi
y Consejo Presbiteral