Jóvenes, Noticias

27 enero, 2020

Soy testigo

Jóvenes integrantes del Grupo universitario Cardenal Pironio dejaron sus impresiones personales sobre su último servicio misionero en la ciudad de Junín.

Como todos los años, en período estival, jóvenes católicos recorren barrios de ciudades o pueblos y parajes rurales llevando el mensaje del evangelio de Jesucristo, su propio testimonio de fe y acercándose a la gente en nombre de la Iglesia. Uno de los tantos grupos que “salió a la calle”  involucrándose en la misión “casa por casa” fue el Grupo universitario “Cardenal Pironio” que realizó su tarea pastoral en la localidad de Junín -arquidiócesis de Mercedes-Luján-, desde el 4 al 11 de enero. 

Conformado por 47 jóvenes y guiados por los padres Joselo Rossi y Francisco Pérez Cadierno misionaron durante siete días en los barrios aledaños a la Parroquia “San Francisco de Asís” cuyo párroco, el padre Oscar Mentimurro, los  acompañó durante la estadía.

Milagros Ruggiero de Bragado

Primer año de Bioquímica en la UBA

“Este es mi primer año participando en el grupo del “Carde”. Lo que más me sorprendió es el carisma  y la confianza y el corazón predispuesto a todo lo que se le presentaba. De cada persona pude rescatar algo distinto y algo que me marcó y que me quedó en el corazón. Me quedó muy en claro la postura y el compromiso real del grupo con la fe. Vía Jesús en cada una de las personas, en aquellas que me abrieron la puerta pero también ene aquellas que no lo hicieron. Vi el respeto, la humidad, y las ganas que tenían de compartir con alguien y sobre todo con Jesús…Me quedó de todo un Jesús vivo en cada alma que encontramos”.

Bruno Belardinelli de Bragado

22 años -Estudia Trabajo Social en Junín

“Este año Dios nos invitó a salir de la diócesis y nos dio un destino distinto que fue el barrio San Francisco de Asís.

Éramos casi 50 jóvenes que caminábamos las calles, golpeando las puertas, abriéndole el corazón a cada vecino que se presentaba…

Éramos 50 pibes celebrando misa en una esquina del barrio, llegando a la periferia, llegando a ese lugar al que pocos llegan. Éramos presencia viva de Jesús en el barrio: saltando, gritando, hablando, mostrando felicidad y sobre todo, mostrando a Jesús”.

Mateo Mintegui de Bragado

21 años – Estudia Relaciones del Trabajo en la UBA.

“Soy integrante del Grupo Misionero “CARDENAL  EDUARDO PIRONIO” hace 4 años! Hoy, tuve una hermosa pero difícil tarea: plasmar en palabras lo que viví esa semana en Junín, donde anduvimos misionando.

Ello me traslado a una situación, con Juan, debajo de un árbol donde me pregunta “¿Por qué estas acá?”. Mi primera reacción es paralizarme, la pregunta es muy fuerte. ¿Qué digo? Fue sin anestesia, sin preparación, el sólo hizo la pregunta y ya. La tensión en mi interior crece, la incertidumbre, el desconcierto. Era una pregunta de pocas palabras, pero que decía mucho. Una pregunta que soplaba fuerte a mi castillo de naipes, mi Fe, mis ideales ¿Por qué estoy acá? Fuerte.

Es entonces donde todo eso de desvanece. Tuve una ayuda enorme de un compañero misionero que dice “estamos acá por amor a Dios”.

Hoy, varios días después de finalizada la misión, de vuelta en la rutina puedo afirmar que no hay respuesta más adecuada que esa: yo, Mateo, dejo de lado mi vida, para ser instrumento del amor de Cristo. Amor que como misionero se hace carne en mí y se lleva a lo concreto. Amor que se pone al servicio de los demás. Amor que escucha.  Amor que no juzga. Amor que no excluye. Amor que integra. Amor que se desparrama. AMOR. Estoy acá por AMOR, porque Dios es AMOR y como joven testigo del mismo, no me puedo quedar en mi metro cuadrado ni en mi zona de confort. Porque este amor, implica salir al encuentro de mi hermanos”.

Milagros Peñas de Tres Lomas

20 años – Estudia en Santa Rosa

“Este año misioné por primera vez con el grupo misionero Cardenal Piroño, integrado por jóvenes universitarios de muchas ciudades de la diócesis de 9 de julio. Lo primero que me llamó la atención fue el amor y el entusiasmo con el que la comunidad nos recibió.

Los primeros días fueron un poco raros porque conocía a algunos chicos, a otros los había visto alguna vez, pero a la mayoría no los conocía.Ya  para el tercer día los quería mucho a todos, es un grupo en donde la vida en comunidad es algo muy importante y en donde se esfuerzan para que todos se sientan bien y acompañados.

Además, para el grupo es muy importante la oración  y la formación, para tener un mayor acercamiento a Dios y a su palabra.

La Misión fue increíble, personalmente me encontré con una realidad que muchas veces vi, pero pocas veces me había animado a tocar. Dios nos dio la fuerza para poder acompañar, escuchar, abrazar, ayudar, jugar, alentar, compartir  y hasta llorar junto a las personas que visitamos en las zonas mas periféricas de la ciudad, para ser testigos de la presencia de Jesús en sus hogares y en sus vidas. Fue muy lindo compartir esos días con tanta gente hermosa. Les diría a todos los jóvenes que no tengan miedo a involucrarse porque  Dios siempre nos acompaña, y que se sumen a la misión del Carde sin miedo, porque van a encontrar amistad, alegría, esperanza y mucho mucho amor”.

Brenda Tobio de Trenque Lauquen

22 años. Tercer  año de profesorado de inicial en Trenque Lauquen 

“En el 2016 estuve misionando en 30 de Agosto con el grupo de jóvenes de Trenque, y desde estos últimos tres años estoy misionando con el grupo misionero Cardenal Pironio.

Mi paso por ellos me enriquecieron con dos experiencia fuertes, movilizadoras.

La primera de ellas fue en Lincoln en el 2019, fue el último día de misión. Durante la semana que misionamos en el barrio recorrimos todas las casas. Pero fue una de ellas la que me dejó la mayor impresión:  al comienzo de misión nos dijeron que estaban durmiendo;  otro día, que no estaba la mamá…Y así iban pasando los días con alguna excusa. Entonces pensamos “ ya está, no quieren que pasemos”. Pero el último día finalizamos temprano de despedirnos en todos los hogares, entonces salimos a dar una vuelta y caímos de nuevo en esa casa. Tocamos de nuevo y ésa vez nos atendió la mamá. ¡Nos dijo que nos estaba esperando! Una vez dentro de la casa, prepararon el mate y empezamos a hablar de la vida… Y en un momento nos contó que tenía un nietito que siempre jugaba en la pileta, pero que el verano anterior cayó boca abajo en el agua y se ahogó. El niño estuvo internado un mes, pero salió a adelante. Y ni bien se despertó del coma dijo a su abuela que había estado con su abuelito y que le había dicho que baje las escaleras y que volviera con ella que lo necesitaba. El niño, sólo de 4 años, nunca había conocido a su abuelo más que por una foto….Desde ese día, el niño iba al baño a ver la foto de su abuelo y se ponía a hablar con él.

Luego salió el tema del papá de la chica que cumplía 15. El sabía que tenía cáncer pero nunca dijo nada hasta que su salud empeoró y entonces ahí se enteró toda la familia que él estaba muy enfermo de hace tiempo.

Cuando se charló de ese tema, fue muy fuerte porque la chica de 15 años se quería ir y la mamá no la dejaba porque decía que era importante hablar de él,  y más con misioneros que la iban a ayudar.

 Esta experiencia me fue muy fuerte a mí, porque me hizo remover sentimientos ,mi tía y mi abuelo fallecieron de cáncer, y se lo dificil que es para un hijo que le falte uno de sus papás(lo vivo con mis primas) me hizo mal esto y también ver llorar a esa nena.

Yo ya me había angustiado un poco con el tema del nene y cuando contaron que la nena iba a cumplir 15 y no estaba su papá, no pude aguantar. No quería llorar y se me caían las lágrimas igual.

Salí muy angustiada de ahí, diciendo que era mala misionera porque llore adelanté de las personas,mientras que todo eso se lo tengo que entregar al señor.

Este año estuve en duda si volver a misionar o no, porque me sentía mala misionera.

Y la otra experiencia movilizadora que pasé, fue este año. Me tocó el barrio de atrás de las vías. El primer día me resultó chocante ver cómo vivían algunas personas.

Un día tocamos la puerta en una casita(ranchito de chapa) y nos hizo pasar. Nos pusimos a hablar de la vida,nos contó que empezó a trabajar con 12 años porque el papá era alcohólico y tenía que ayudar a la mamá. Nos contó un poco de toda su vida, pero lo primero que dijo y me quedó resonando, fue cuando dijo que si no la podíamos ayudar a conseguir un inodoro porque no tenían.

En una ella contó que tenía hijos y que con lo poco que tenía, quería darles lo mejor;y contó que ella nunca tuvo un cumpleaños, nunca lo pudo festejar. Al escuchar eso  me dejó muy pensativa y mal, porque hacía cuatro días había sido mi cumpleaños, y se me vino a la cabeza cuando yo le pregunté a mi mamá si todo esto alcanzaba, mientras que ella nunca había podido festejar un cumpleaños.

Pero con esta experiencia no me quedé tan mal, sino que me quedé reflexionando y viendo cómo puedo ayudar. Pero bueno, esa pequeña experiencia me sirvió para hacerme más fuerte e ir a las demás casa y estar al 100 %…

Melina Aliano

18 años – Segundo año de ingeniería industrial en Capital

Este verano 2020 participé por primera vez del Grupo Misionero Cardenal Pironio y debo decir que fue la misión más providencial y profunda de mi vida. Primeramente, me gustaría contar que se vivió un hermoso clima familiar desde el primer minuto. Parecía que nos conocíamos de toda la vida entre nosotros, y eso es una característica de este grupo: la unión. En todo momento, cirscunstancia y/o encuentro «ERAMOS UNO». Formamos una comunidad, crecimos juntos, rezamos juntos, aprendimos juntos, nos equivocamos juntos, lloramos juntos, reímos juntos, servíamos juntos, cantamos juntos y misionábamos juntos….

Así unidos, tuvimos el regalo de Dios de conocer a la comunidad de la Parroquia San Francisco de Asis. Una comunidad que pedía a gritos un oído, un abrazo, una misa, una charla, unos mates, una ayuda, una presencia! Y eso es lo que fuimos, presencia de Jesús en todos esos corazones en los que Él no habia podido entrar. Logramos cruzar la famosa «vía» que tanto separa y divide a la comunidad, pero que para Dios no significa nada. Porque Dios nos enseñó que somos presencia cuando sacamos los prejuicios de lado, cuando nos dejamos moldear por Él y cuando nos permitimos dejar que se cumpla su voluntad.

Esta comunidad me enseñó particularmente que misionar no significa solamente «tocar la puerta de una casa» sino que significa TRANSFORMAR. Pero no solo nosotros a ellos, sino que también ellos a nosotros”.

Sebastián Borjes de Tres Lomas

Estudia medicina en la Universidad Nacional de la Plata

Uno de los primero días me tocó hacer de rey mago, una experiencia hermosa, ver lo feliz que se ponían los nenitos al vernos ahí con ellos, nos pedían fotos y contaban que es lo que querían que le trajeran los reyes.

Pasando al tema misión en mi caso me tocó ir a un asentamiento, dónde algunos terrenos son tomados ya que no tienen la plata para alquilar, viven en casitas medias precarias que de a poco la van mejorando, aunque saben que los pueden desalojar de un día para el otro, eso no les quita la generosidad que tienen son capaces de darle lo que tienen al que lo necesita sin pedir nada a cambio.

No pudimos visitar todas las casas pero entendimos que Dios nos necesitaba en esas familias puntuales.

Me pasó que fuimos a una casa donde vivían una mujer de unos 70 años ya jubilada y su hija de 40 años. Nos contó un poco de su vida y cómo se fue formando el barrio, también que les daba los servicios a cinco casas como un favor » el que da, recibe el doble». Al terminar la visita di por sentado que ya habíamos cumplido la misión ahí, pero una tarde al pasar por la casa nos invitaron a tomar unos mates y entramos con la intención de charlar un ratito y seguir visitando familias. Pero nos empezaron a contar un poco más de sus vidas, cosas creo yo que no se lo habían dicho a nadie, ahí entendí que la fe que tienen en Dios es lo único que hace que salgan para adelante.

Acercándose la hora para retirarnos e ir a misa su hija nos prengunto qué era ser misionero.  Ante eso yo me preguntó como una persona que tiene fe pero que no es de ir a misa ni tener una educación católica nos pregunte eso.

Luego de responder a su pregunta partiendo de nuestro punto de vista, ella nos comenta que se quiere ir a misionar a otro país, que por lo que le comentan hacía falta ayuda.

Para terminar la misión fue muy positiva no solo por la gente que conocí sino también por las cosas que me transmitieron y lo que pude aprender de ellos. Y me gustaría terminar haciéndoles la misma pregunta que nos hizo la mujer de 40 años. ¿ Qué es ser misionero? ¿ Lo somos en el día a día?

Historia del Grupo Universitario Cardenal Pironio 

El grupo está compuesto por 47 jóvenes de distintos puntos de la diócesis de 9 de Julio que cursan sus estudios universitarios. Su historia se remonta hace más de una década cuando un grupo de amigos estudiantes de Trenque Lauque solicitó al padre Mariano Cortés una experiencia de misión más profunda  y comprometedora. El primer destino fue la ciudad de El Bolsón en la provincia de Río Negro, lugar a donde concurrieron tres años consecutivos. Los avatares económicos obligaron las misiones se trasladaron a la comunidad Villa Sauze y en el barrio La Trocha (en General Villegas), donde estuvieron también tres años.  No pasó mucho tiempo después para que se redoblara la apuesta y comenzaran a sumarse más integrantes… Se gestó así el grupo de estudiantes católicos universitarios.

Desde hace siete años tomó el nombre de un genuino propulsor de la pastoral juvenil. Indiscutiblemente el Cardenal Pironio, además de ser el primer organizador y apasionado impulsor de las Jornadas Mundiales de la Juventud, realizó un abnegado trabajo pastoral entre ellos tanto para acompañarnos espiritualmente como para convertirlos en miembros activos de la comunidad eclesial desde el testimonio y la misión.

El grupo depende de la Pastoral Juvenil diocesana.

En toda esta “movida misionera”-adoptando el lenguaje de nuestros jóvenes- podemos encontrar un fruto precioso y prometedor de la fe que otros misioneros fueron sembrando en las comunidades de nuestra diócesis. Año tras año, nuestra diócesis nuevejuliense es visitada por tantísimos grupos misioneros juveniles provenientes de parroquias, colegios y congregaciones religiosas de fuera de nuestra Iglesia particular. Así es como también nosotros, movidos, impulsados y estimulados por ese testimonios vamos a anunciar, compartir y testimoniar la fe fuera de los límites diocesanos, valoró monseñor Torrado Mosconi, refiriéndose a este y otros grupos que misionan más allá de los límites de la diócesis.