Lincoln, Palabras del Obispo
90º aniversario de las religiosas Siervas de San José en Los Toldos
Homilía del Obispo diocesano
en la Misa de acción de gracias el 90º aniversario
de las religiosas Siervas de San José en Los Toldos,
sábado 27 de octubre de 2018
Queridos hermanos todos en el Señor: reunidos para celebrar el sacrificio eucarístico -acción de gracias propia y por excelencia- conmemorando los 90 años de presencia ininterrumpida de la Hermanas en nuestra comunidad parroquial, brotan de mi interior dos palabras que comparto y comento con Uds.: historia y carisma.
Historia:
Nueve décadas no son poco tiempo y en la historia de este pueblo es una parte significativa. Los creyentes sabemos muy bien que Dios se va haciendo presente, se manifiesta y actúa en la vida de los pueblos y en nuestra propia existencia. Por eso el tiempo y la propia biografía se hacen “historia de la salvación”. La presencia ininterrumpida de las Hermanas está arraigada y ha dado frutos en este pueblo de Los Toldos. La celebración de hoy nos invita a “hacer memoria de la salvación” y a contemplar cómo la providencia divina no abandona a su pueblo. Educando y atendiendo a los más necesitados, han evangelizado y dado testimonio de la misericordia del Señor. Recordar es, propiamente, volver a “pasar por el corazón” cuanto ha acontecido y hemos vivido. ¿Para qué? Para aprender las lecciones de la historia, para alabar, agradecer y entonar un “magníficat” con todo el corazón y con toda la voz. Por eso vale la pena hacer memoria, recordar y celebrar.
Carisma:
El carisma es siempre un don de amor, un regalo de la gracia con que Dios bendice a su pueblo en un determinado momento y lugar, para una misión concreta, ante unas necesidades o unos desafíos que se van presentando. Por medio de los carismas y dones Dios sigue “cuidando y atendiendo” a su pueblo, especialmente a los más pobres y necesitados. ¡Así lo han hecho las Hermanas en esta comunidad! Ellas han hecho presente el rostro maternal de Dios y el abrazo materno de la Iglesia se han dedicado al cuidado de las niñas y los pobres. Gracias por ese testimonio, porque la dignidad de la mujer y la vida de las niñas no se defiende tanto por manifestaciones con pañuelos de colores, sino con el compromiso fiel y generoso a favor de los pobres y necesitados. Intentando cada día ser fieles a su carisma y viviéndolo en medio de los cambios de época tanto en la sociedad como en la Iglesia, han dado frutos. Hoy damos gracias por ello, sabiendo muy bien que la mayor parte de esos frutos son sólo de Dios conocidos. Nosotros conocemos resultados, méritos o errores, estadísticas, pero Dios sabe de fecundidad, sacrificios y frutos. Para quienes han vivido desde dentro una parte de estos largos 90 años o han acompañado la vida de la comunidad religiosa, recordarán indudablemente “con nombre y apellido” tantísimas anécdotas plenas de amor, de abnegación y generosidad. ¡Algunas arrancarán lágrimas y otras nos harán sonreír felizmente! Todo lo ofrecemos hoy en el altar del Señor.
Queridas Hermanas Siervas de San José: dentro de un momento renovarán los votos de su consagración religiosa, como una expresión también de seguir estando en medio nuestro testimoniando su carisma. Las invito a seguir contemplando al glorioso patriarca José: ¡En él tienen el modelo de servidor humilde y fiel! Todo un pedagogo desde el “estar” antes que desde el decir o hacer. Sumándome a la comunidad toldense, a la de la feligresía local, en nombre de nuestra Iglesia particular nuevejuliense, les doy las gracias de todo corazón.
+ Mons. Ariel Torrado Mosconi
+ Obispo diócesis 9 de Julio