De parroquia a Santuario
El 13 de mayo de 2017, con motivo de la celebración por los 100 años de las apariciones de Fátima, Monseñor Ariel Torrado Mosconi anunció solemnemente que la parroquia de Fátima sería elevada a la categoría de santuario diocesano. La fecha estipulada sería el 13 de octubre siguiente.
De este modo se anunciaba que la diócesis de Nueve de Julio, en pleno año de su 60º aniversario de su creación, contaría con el primer santuario diocesano. “Este centro mariano debe convertirse, como dice el Papa Francisco, en un hospital de campaña. Un lugar en donde los fieles puedan acercarse con la seguridad que podrán sanar sus heridas”, destacó el prelado.
El Obispo exhortó a la comunidad a ponerse manos a la obra para poder reformar y embellecer el templo de manera que tuviera la dignidad y belleza requerida para un santuario.
Durante el período de transición se desarrollaron diferentes actividades espirituales como peregrinaciones y consagraciones, charlas para profundizar el mensaje de Nuestra Señora de Fátima, entre otras.
Asimismo se crearon comisiones y diferentes grupos de la Iglesia aunaron esfuerzos para conseguir recursos económicos, materiales y humanos.
La primera etapa de las obras
En forma simultánea y, a contra reloj, comenzó la primera etapa de las obras de remodelación del templo que consistieron en un primer momento en abrir amplios ventanales, reformar la fachada abriendo una nueva puerta en la ochava de las calles Card. Pironio y Mendoza, retirar antiguos revestimientos de las paredes que estaban muy deteriorados.
En un trabajo conjunto con peritos y especialistas, comenzaron a restaurarse algunas imágenes antiguas como las de Santo Domingo, la de la Virgen de Fátima y las de San Pedro y San Pablo.
A las remodelaciones edilicias, pronto se sumaron las obras artísticas. El miércoles 6 de septiembre llegaron a la ciudad de Nueve de Julio, la artista plástica Mónica Corrales y su esposo, el historiador Eduardo Díaz Hermelo, quienes estuvieron a cargo de la dirección de las obras de embellecimiento del lugar sagrado. Recientemente habían estado en el Vaticano, en cuyos jardines finalizaron una escultura. Entre otras significativas obras la artista tiene de su autoría el mural que se encuentra en Buenos Aires en la fachada del edificio anexo del Congreso Nacional.
Ahora en suelo nuevejuliense, su misión se enfocó en dirigir la restauración del retablo; la decoración de los ventanales; la construcción del mural del jardín de la Virgen y el embellecimiento del exterior del edificio.
Por esos días la Iglesia había recuperado, el antiguo retablo que perteneció a la Parroquia Santo Domingo de Guzmán y que había estado custodiado desde hacía décadas en depósitos del museo municipal local.
De inmediato, los artistas porteños realizaron una convocatoria abierta a la comunidad para colaborar con las obras de embellecimiento que consistieron básicamente en tres técnicas: muralismo, relieve en madera y esgrafiado.
Las obras artísticas
Las siguientes semanas estuvieron signadas por decenas de fieles, laicos y también de vecinos curiosos que entraban y salían a diario del edificio en plena remodelación, para colaborar en las obras de embellecimiento.
La primera de ellas fue la construcción de los murales que se realizaron con una técnica novedosa para las iglesias, que consiste en adherir venecitas sobre el vidrio.
Con esta destreza se representaron los misterios Gozosos del Rosario en los ventanales superiores y, los inferiores, se decoraron con las cuatro flores que representan las virtudes más admirables de la Santísima Virgen: la violeta, la rosa, el lirio y la flor de lis. Ellas simbolizan, respectivamente, la humildad y la inocencia; el dolor de María ante la crucifixión de su hijo; la fidelidad y la pureza.
El lunes 18 de septiembre se sumó al equipo de artistas plásticos, el pintor polaco Boguslaw Rafal Ziólkowski. El proyecto a su cargo, consistió en pintar los frescos del techo del templo con las cinco imágenes que representan a los misterios gloriosos del Rosario. En la primera etapa, se realizaron dos de ellas que cuentan con una extensión de tres metros cuadrados cada una.
A fines de agosto de 2019 (y hasta el 12 de septiembre), el artista volvió a Nueve de Julio, para continuar con la serie de imágenes religiosas.
El santuario, un hecho: La inauguración
“Mirar la imagen de María es contemplarla como modelo.
El templo material nos recuerda la tarea de edificar la casa espiritual que es la Iglesia viva en sus fieles”.+Ariel Torrado Mosconi
Homilía en la Misade inauguración del Santuario
13 de octubre de 2018.
El viernes 13 de octubre de 2018 se da por sentada la inauguración y apertura del primer santuario diocesano, bajo la advocación de la Virgen de Fátima, patrona de la diócesis.
Durante la celebración, que estuvo cargada de simbolismo y emotividad, el obispo diocesano exhibió en sus insignias episcopales la cruz pectoral del primer obispo de la diócesis, Monseñor Agustín Adolfo Herrera, quien desde siempre tuvo el sueño de erigir la primigenia capilla en santuario.
La ceremonia comenzó a las 19 hs, cuando una multitudinaria columna de fieles llegada de todos los puntos del extenso territorio diocesano, se congregó en la capilla Sagrado Corazón (donde se custodió la sagrada imagen de Fátima mientras se llevaban adelante las obras de restauración) para comenzar la procesión por las calles de la ciudad. En un profundo clima de piedad y oración, donde se alternaban cantos y reflexiones se fue en procesión hasta la iglesia parroquial de Fátima.
Al llegar a las puertas del edificio, el canciller del Obispado, Padre Carlos Tibberi, leyó el decreto episcopal por medio del cual se elevó esa iglesia a la categoría de Santuario Diocesano y por el cual se designaba como rector, al párroco de la Iglesia Catedral, Padre Guillermo Jesús Gómez. El intendente de la ciudad de Nueve de Julio, Mariano Barroso leyó a su vez, el decreto por el cual declaró de interés municipal la apertura del santuario.
Luego monseñor Ariel Torrado Mosconi; el rector del santuario, Padre Guillermo Gómez y un representante de la comunidad, Jorge Falcone, abrieron las puertas para dar ingreso a la multitudinaria feligresía.
A continuación tuvo lugar celebración eucarística, presidida por el prelado, concelebrada por el flamante rector y por numerosos sacerdotes del clero diocesano. Allí se recordó el enorme significado de este acontecimiento que se llevó a cabo en el año centenario de las apariciones de Fátima en Portugal y el 60 aniversario de la creación de la diócesis. “Mirar la imagen de María es contemplarla como modelo – señaló-. Por eso el edificio del templo material, nos debe recordar la tarea de edificar la casa espiritual, que es la comunidad viva de los fieles”.
En ese sentido exhortó a “hacer presente a esta iglesia mariana en cada rincón de la diócesis, que no es otra cosa que estar como María junto a sus hijos que sufren, los pobres, los ancianos, los enfermos, los pecadores, los desalentados y deprimidos”. Y les recordó que “por esta consagración también nosotros somos ungidos para cuidar la vida más vulnerable”.
Luego se leyó la salutación del Papa Francisco quien expresó “su cercanía y su alegría al señor obispo y sacerdotes, que con su generosidad y su entusiasmo hicieron realidad su construcción”.
Al concluir la Misa el obispo concedió a los fieles presentes la indulgencia plenaria, tal como lo dispuso el Santo Padre para “todos aquellos que participen devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre de 2017”.
De este modo culminó una histórica celebración para la ciudad y la diócesis en una jornada genuinamente “mariana”.
Segunda etapa de las obras
Luego de un breve receso, la segunda etapa de la obra del Santuario de Fátima comenzó en noviembre con el regreso a la ciudad de Nueve de Julio de la artista plástica Mónica Corrales y del historiador en arte Eduardo Gabriel Díaz Hermelo.
En el salón que se encuentra ubicado frente al templo, los artistas junto a los colaboradores se abocaron a la creación de un mural que abarcó la medianera del patio y que tiene por objeto que la virgen tenga un Jardín permanente. Para ello se utilizó una técnica mixta en la que predominó la llamada trencadís. Creada por el famoso artista Antoni Gaudí, consiste en la aplicación ornamental del mosaico a partir de fragmentos cerámicos, básicamente azulejos. En este caso en particular se complementarán además con venecitas, vidrios de colores, espejos y fragmentos de porcelanas o lozas. Está técnica se combinó con revoques coloreados, debido a la amplia extensión de la superficie a embellecer.
Durante esos primeros días, los artistas se concentraron en el diseño de las primeras flores ornamentales (rosas, lirios, margaritas y violetas, entre ellas) que se armaron sobre mallas que posteriormente se aplicaron al muro.
Por esos días simultaneamente también se trabajó en el diseño para la remodelación del altar para la celebración de la Eucaristía y del ambón para la proclamación de la Palabra de Dios, en miras a la inminente consagración del altar. Para ellos se usaron también restos del antiguo retablo que fueron readaptados para ese fin.
Consagración del altar y dedicación del templo
El jueves 13 de diciembre se dedicó la iglesia solemnemente y se consagró el altar del Santuario Diocesano Nuestra Señora de Fátima.
La celebración fue presidida por el Obispo diocesano, Mons. Ariel Torrado Mosconi y concelebrada por el párroco de la Iglesia catedral y rector del santuario, Padre Guillermo Gómez y los demás sacerdotes de la catedral.
Cabe explicar que la dedicación de un templo y la consagración del altar es un rito que se realiza cuando finaliza su construcción o, como en este caso, cuando termina una etapa de remodelaciones.
Los ritos iniciales consistieron en rociar con agua bendita el altar, las paredes y a los fieles presentes, signo de purificación para su uso sagrado. Se inauguró el ambón (sitio desde donde se proclaman las lecturas bíblicas en las misas) y luego, el obispo, ungió el altar y las cuatro cruces con el Santo Crisma, lo que indica que un templo está especialmente dedicado al culto y la oración.
La ceremonia continuó con el rezo solemne de la plegaria de la dedicación y consagración y finalizó con la colocación de incienso y la iluminación del templo.
Seguidamente, continuó la misa como es habitual, donde en su homilía el obispo explicó que el significado más profundo de esta celebración es que todo templo es un lugar especial de encuentro con Dios. Asimismo recordó que todo santuario, debe tener abierta su puerta a todos los que están en búsqueda para que puedan encontrarse con Dios.
Más obras…
En 13 de mayo de 2018, en un nuevo aniversario de la Virgen de Fátima, el obispo diocesano anunció que comenzaría una tercera y nueva etapa de remodelación.
Por entonces se comenzó con la construcción de la torre campanario, cuya bendición se realizó el 13 de agosto de ese mismo año. También se construyeron los sanitarios para los peregrinos.
Posteriormente se embelleció el jardín de la Virgen plantando, entre otras especies, una encina (árbol sobre el que se apareció la virgen de Fátima), se sembró césped y se plantaron diversos arbustos ornamentales.
Con ocasión de conmemorarse el centenario de la muerte de los santos pastorcitos Francisco y Jacinta Marto se bendijo una ermita con una cerámica conmemorativa en el Jardín de la Virgen.