{"id":767,"date":"2015-05-16T20:22:17","date_gmt":"2015-05-16T23:22:17","guid":{"rendered":"http:\/\/diocesis9dejulio.org.ar\/wordpress\/?p=767"},"modified":"2015-05-20T18:53:12","modified_gmt":"2015-05-20T21:53:12","slug":"misericordiosos-como-el-padre","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/diocesis9dejulio.org.ar\/palabras-del-obispo\/misericordiosos-como-el-padre\/","title":{"rendered":"Misericordiosos como el Padre"},"content":{"rendered":"

Mensaje de Mons. Mart\u00edn de Elizalde OSB
\n<\/strong>Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio
\n<\/strong>Asamblea Diocesana de Caritas<\/strong><\/p>\n

Nueve de Julio, 16 de mayo de 2015<\/strong><\/p>\n

Hermanos y hermanas, dirigentes de CARITAS diocesana,
\nRepresentantes y colaboradores de las CARITAS parroquiales,
\nVoluntarios, queridos amigos:<\/p>\n

\u00bfPuede haber mayor alegr\u00eda que la de ser cristiano? \u00bfPodemos dejar de irradiar el testimonio de la fe que nos sostiene y anima? \u00bfNo es elocuente y clar\u00edsimo el anuncio de Dios que se hace a trav\u00e9s de la caridad, compartiendo de lo que tenemos, y sobre el fundamento de la comuni\u00f3n que nos une, anunciando el mensaje de Jes\u00fas, mostrando que lo material ayuda y alivia, para conducirnos a la verdad que no cesa ni perece? Y en fin, la esperanza que nos permite anticipar la meta definitiva y est\u00e1 ya presente en el coraz\u00f3n de los fieles \u00bfno es acaso el gran consuelo, la certeza de lo que esperamos, la garant\u00eda del cumplimiento de las promesas de Dios?\u00a0 Esta gran alegr\u00eda no es el resultado del autoconvencimiento, ni de los logros alcanzados, ni de las satisfacciones humanas, es la alegr\u00eda de la Resurrecci\u00f3n, es la alegr\u00eda de encontrarnos formando una familia, es la alegr\u00eda de la Eucarist\u00eda que nos re\u00fane cada domingo \u2013 y tambi\u00e9n, ojal\u00e1, cada d\u00eda -, es la alegr\u00eda del perd\u00f3n que nos permite reencontrarnos con Dios en su Iglesia. Quiero comenzar este encuentro con las palabras del Papa Francisco:<\/p>\n

 <\/p>\n

\u201cLa alegr\u00eda del Evangelio llena el coraz\u00f3n y la vida entera
\n<\/em><\/strong>de los que se encuentran con Jes\u00fas.
\n<\/em><\/strong>Quienes se dejan salvar por \u00e9l son liberados del pecado,
\n<\/em><\/strong>de la tristeza, del vac\u00edo interior, del aislamiento.
\n<\/em><\/strong>Con Jes\u00fas siempre nace y renace la alegr\u00eda<\/em><\/strong>\u201d
\n<\/strong>(Exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica Evangelii Gaudium, 1<\/em><\/strong>)<\/p>\n

 <\/p>\n

Con Jes\u00fas siempre nace y renace la alegr\u00eda<\/strong><\/p>\n

Con esta alegr\u00eda nos encontramos reunidos hoy, y esta alegr\u00eda es la que acompa\u00f1a siempre a los cristianos; solo basta descubrirla, hacerla emerger, ya que ella vive en los corazones, y no debemos ceder a la tentaci\u00f3n de olvidarla, a la debilidad de esconderla, a la inconsistencia de los sustitutos enga\u00f1osos. Especialmente en el servicio de la caridad esta serena y confiada alegr\u00eda es necesaria, porque es por ella misma, trasparentada en la actitud de los cristianos, que ya comienza el anuncio del Bien trascendente, de la misericordia amorosa de Dios, de la espera confiada del creyente.<\/p>\n

Al ir al encuentro de los hermanos que sufren de tantas carencias y necesidades, de tantas conductas que causan esas situaciones, la alegr\u00eda no es despreocupaci\u00f3n o inconsciencia, sino expresi\u00f3n de confianza en el Padre providente, de compromiso por los que sufren, de pedido para que cesen las injusticias y se pueda considerar el bien integral de todos. Para ello hemos de conservar en nuestros corazones la alegr\u00eda confiada que Dios pone en quienes buscan hacer su voluntad, sin desanimarnos por las dificultades, sin dejarnos impresionar por las graves necesidades que descubrimos, sin dejar de esperar en la conversi\u00f3n de quienes tienen el poder para aliviar tantos males, y seguros que el humilde testimonio de la caridad, en la peque\u00f1a escala que es la nuestra, es siempre claro, movilizador, fecundo y eficaz.<\/p>\n

Por eso, como cristianos, en esta vocaci\u00f3n del servicio de la caridad en nuestras comunidades eclesiales, cultivemos la amistad con Dios, acudamos con frecuencia a \u00c9l en los sacramentos y en la oraci\u00f3n, y que sea la misma Palabra inspirada la que nos ense\u00f1e y gu\u00ede. Dejemos de lado cualquier forma de ego\u00edsmo, de comodidad, de b\u00fasqueda de protagonismo. Preocup\u00e9monos por acercar a CARITAS a muchos hermanos y hermanas, para que ellos tambi\u00e9n, colaborando, descubran la belleza del encuentro y que es \u201cmejor dar que recibir\u201d, y que dando, se recibe, y mucho m\u00e1s de lo que imaginamos.<\/p>\n

El Papa Francisco nos recuerda que \u201cla inmensa mayor\u00eda de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su\u00a0\u00a0\u00a0 amistad, su bendici\u00f3n, su palabra, la celebraci\u00f3n de los sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduraci\u00f3n en la fe<\/em>\u201d (Exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica Evangelii gaudium<\/span>, = EG<\/span>, 200).\u00a0 Por eso, la acci\u00f3n de CARITAS es siempre evangelizadora, porque procura el bien integral de los hermanos, y no puede limitarse a ejercer un asistencialismo social, necesario, pero insuficiente. La nota caracter\u00edstica de este servicio fraterno sea siempre la alegr\u00eda, como creyentes, redimidos por Cristo, deseosos de llevar a los hermanos a la plenitud de la gracia en la comuni\u00f3n de la Iglesia, llave que nos abre la puerta de la felicidad verdadera a todos los hombres.<\/p>\n

Quiero recordar nuevamente la propuesta de formaci\u00f3n espiritual que hemos dirigido, y reiteramos cada a\u00f1o, a las CARITAS parroquiales, con un programa de frecuentaci\u00f3n y meditaci\u00f3n de la Sagrada Escritura. Deber\u00edamos completarla pronto con otros programas, dirigidos por ejemplo a una catequesis de las verdades de la fe, para el enriquecimiento de cada uno de nuestros miembros y colaboradores y su capacitaci\u00f3n para trasmitirlas a quienes se acercan a nosotros, y tambi\u00e9n una preparaci\u00f3n lit\u00fargica, para valorar y sacar m\u00e1s fruto de las celebraciones y de la vida sacramental, as\u00ed como una preparaci\u00f3n espiritual, para profundizar en la oraci\u00f3n y en la comuni\u00f3n con Dios.<\/p>\n

 <\/p>\n

Tentaciones de los agentes pastorales (Evangelii gaudium, 76-109)<\/em><\/strong><\/p>\n

Las palabras y los gestos del Papa Francisco tienen un eco asombroso en todos los ambientes, especialmente en nuestra patria. No hace falta insistir en las cualidades de su lenguaje, la inmediatez de sus expresiones, incluso la agudeza o, si prefieren, la picard\u00eda que encontramos en ellas, y que trasmiten con claridad y rapidez lo que desea mostrar. Pero debo confesar que hay una pregunta que me hago a menudo: \u00bfEstamos dispuestos a recibir cordialmente y a aplicar tambi\u00e9n aquellas orientaciones que contradicen nuestras propias intenciones e inclinaciones, y que no coinciden con las tendencias de la sociedad actual? \u00bfO solamente festejamos exteriormente lo que no estamos dispuestos a tener en cuenta como observaciones serias, dirigidas a encaminar nuestra vida en la direcci\u00f3n que nos se\u00f1ala el Evangelio? Sepamos y queramos abrir nuestros corazones, y aceptemos con alegr\u00eda las correcciones y propuestas, a\u00fan las que nos parecen exigentes, que provienen del Papa y son dichas para nuestro bien.<\/p>\n

Quiero con estas palabras introducir una referencia a la secci\u00f3n, ciertamente importante, de la exhortaci\u00f3n apost\u00f3lica Evangelii Gaudium<\/em>\u00a0 donde se refiere a las tentaciones de los agentes pastorales. \u00bfPor qu\u00e9 lo menciono aqu\u00ed? Porque los miembros de CARITAS\u00a0 son agentes pastorales, tienen una misi\u00f3n que les ha confiado la Iglesia, que ejercen con generosidad y sacrificio, y son vistos y recibidos como tales por aquellos con quienes trabajan y en las comunidades en cuyo medio act\u00faan. Con el Papa Francisco quiero decirles, con la mayor sinceridad y todo mi afecto: \u201cSiento una enorme gratitud por la tarea de todos los que trabajan en la Iglesia\u2026 Agradezco el hermoso ejemplo que me dan tantos cristianos que ofrecen su vida y su tiempo con alegr\u00eda. Este testimonio me hace mucho bien y me sostiene en mi propio deseo de superar el ego\u00edsmo para entregarme m\u00e1s<\/em>\u201d (EG<\/span>, 76). Pero tambi\u00e9n, en este mismo escrito program\u00e1tico, el Papa ha querido se\u00f1alar algunas de las tentaciones que pueden alcanzar a los agentes pastorales; cuando cedemos a esas tentaciones, se convierten despu\u00e9s en defectos, y si nos apegamos a ellos, llegan a ser pecados y vicios.<\/p>\n

Comienza el Santo Padre invit\u00e1ndonos a dar un s\u00ed generoso a una espiritualidad misionera, que busca llegar a los hermanos con el anuncio del Evangelio, que no se limite ni restrinja por \u201cuna acentuaci\u00f3n del individualismo, una crisis de identidad y una ca\u00edda del fervor<\/em>\u201d. Tanto la cultura del ambiente, con su visi\u00f3n negativa o al menos reductiva del mensaje de la Iglesia y el relativismo existencial y doctrinal, llevan a \u201cactuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, so\u00f1ar como si los dem\u00e1s no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran<\/em>\u201d (EG<\/span>, 78 – 80). Y esto puede incorporarse a nuestro estilo de vida y de acci\u00f3n apost\u00f3lica, desfigur\u00e1ndolos. Se\u00f1alemos algunas de esas tentaciones, que el Papa describe, y que me parece que se aplican a nuestra vocaci\u00f3n en CARITAS.<\/p>\n

 <\/p>\n

Acedia ego\u00edsta <\/em><\/p>\n

Frente a los reclamos urgentes de las necesidades de la caridad, como de toda acci\u00f3n evangelizadora y solidaria con continuidad, se responde con la expresi\u00f3n de la autonom\u00eda de cada persona, \u201ccomo si una tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misi\u00f3n y nos vuelve plenos y fecundos<\/em>\u201d. La causa es nuestra resistencia a ceder tiempos y espacios, por impaciencia o por des\u00e1nimo y desconfianza, y esto nos impide crecer y aventurar posibilidades nuevas, como las que se requieren hoy d\u00eda: \u201cLlamados a iluminar y a comunicar la vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que s\u00f3lo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apost\u00f3lico<\/em>\u201d Y concluye el Papa: \u201cPor todo esto, me permito insistir: \u00a1No nos dejemos robar la alegr\u00eda evangelizadora!<\/em>\u201d (EG 83<\/span>).<\/p>\n

 <\/p>\n

Pesimismo est\u00e9ril<\/em><\/p>\n

\u201cLos males de nuestro mundo \u2013 y los de la Iglesia \u2013 no deber\u00edan ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor<\/em>\u201d. Es verdad que siempre habr\u00e1 dificultades y oposiciones, y que a\u00fan los proyectos m\u00e1s atractivos y mejor presentados pueden fracasar; cuesta incorporar nuevos colaboradores, con entusiasmo y con una comprensi\u00f3n adecuada de nuestros objetivos y tareas, pero no podemos caer en \u201cuna de las tentaciones m\u00e1s serias que ahogan el fervor y la audacia <\/em>(que) es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre\u2026 \u00a1no nos dejemos robar la esperanza!<\/em>\u201d (EG<\/span>, 84 \u2013 86).<\/p>\n

 <\/p>\n

Cerrarse a las relaciones nuevas que genera Jesucristo<\/em><\/p>\n

El mundo nos ofrece hoy posibilidades de comunicaci\u00f3n y de conocimiento que nos deben llevar a una mayor solidaridad y encuentro entre nosotros. Hay un riesgo cierto de aislamiento y de desconfianza, pero tambi\u00e9n se descubren realidades nuevas, en la pobreza de nuestros hermanos m\u00e1s sencillos y en el testimonio heroico de quienes viven su fe con generosidad, hasta la entrega de su vida en el martirio. \u201cPrecisamente en esta \u00e9poca y tambi\u00e9n all\u00ed donde son un \u2018peque\u00f1o reba\u00f1o\u2019 (Lc 12, 32), los disc\u00edpulos del Se\u00f1or son llamados a vivir como comunidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5, 13 \u2013 16). Son llamados a dar testimonio de una pertenencia evangelizadora de manera siempre nueva. \u00a1No nos dejemos robar la comunidad!<\/em>\u201d (EG<\/span>, 92).<\/p>\n

 <\/p>\n

Mundanidad espiritual<\/em><\/p>\n

Tambi\u00e9n podemos encontrar personas que buscan, \u201cen lugar de la gloria del Se\u00f1or, la gloria humana y el bienestar personal<\/em>\u201d (EG<\/span>, 93). Para esto pueden existir motivaciones aparentemente profundas y generosas, te\u00f1idas a veces de ideolog\u00eda, pero que por lo general se dirigen a la construcci\u00f3n de espacios de poder, a la obtenci\u00f3n de reconocimientos y premios, a la formaci\u00f3n de seguidores obsecuentes. Recuerden, simplemente, lo dif\u00edcil que es convencer a algunos a dejar ciertos puestos, a rotar los cargos, a asumir tareas menos vistosas y gratificantes. En nuestras organizaciones parroquiales, tan modestas y de estructura y alcance casi familiar, qu\u00e9 dif\u00edcil es renovarse, incorporar gente nueva, dejar ciertos puestos y asumir otros. En CARITAS DIOCESANA implementamos un programa de incorporaci\u00f3n de elementos m\u00e1s j\u00f3venes, y ustedes me podr\u00e1n decir si tuvimos \u00e9xito o no. Pero quiero aclarar que no ignoro la dificultad de encontrar hermanos y hermanas que deseen contribuir con su tiempo y esfuerzo a la obra que realiza CARITAS.<\/p>\n

 <\/p>\n

La divisi\u00f3n y la guerra<\/em><\/p>\n

\u201cDentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades, \u00a1cu\u00e1ntas guerras!<\/em>\u201d. Da pena decirlo, y nos deber\u00edamos avergonzar y arrepentirnos por tantas rivalidades, celos, envidias, divisiones, soberbia. Nunca podremos construir nada como comunidad, y la Iglesia es comunidad, sin animarnos a la reconciliaci\u00f3n, a la apertura de coraz\u00f3n, al reconocimiento de los dem\u00e1s y de los dones que Dios ha puesto en ellos. \u201cPor ello me duele tanto comprobar c\u00f3mo en algunas comunidades cristianas, y a\u00fan entre personas consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. \u00bfA qui\u00e9n vamos a evangelizar con esos comportamientos?<\/em>\u201d. Pero no se trata de conformarse con una aceptaci\u00f3n sin compromiso interior: es un camino aut\u00e9ntico de conversi\u00f3n: \u201cPidamos al Se\u00f1or que nos haga entender la ley del amor. \u00a1Qu\u00e9 bueno es tener esta ley! \u00a1Cu\u00e1nto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo!… \u00a1No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!<\/em>\u201d (EG<\/span>, 98-101).<\/p>\n

\u00a0<\/em><\/p>\n

Otros desaf\u00edos<\/em><\/p>\n

Y finalmente el Papa Francisco nos habla de la mirada que debemos tener los pastores, por supuesto, pero tambi\u00e9n cada uno de los fieles, y en especial nuestros apreciad\u00edsimos colaboradores, que son responsables como bautizados, de la misi\u00f3n evangelizadora de la Iglesia. Y se\u00f1ala tres \u00e1mbitos que merecen nuestra atenci\u00f3n especial: los laicos, las mujeres, los j\u00f3venes.<\/p>\n

***<\/p>\n

Espero que estas observaciones nos ayuden a mejorar nuestra participaci\u00f3n en la obra caritativa de la Iglesia. Se trata de la Iglesia, no de mi <\/em>tarea, o mi deseo, o mi iniciativa. Y todo esto supone entonces una intensidad de vida cristiana, en la Eucarist\u00eda, la Reconciliaci\u00f3n, la oraci\u00f3n, la comuni\u00f3n con los pastores, la adhesi\u00f3n a la doctrina de la Iglesia, la pr\u00e1ctica generosa de las virtudes, y para renovarnos en este sentido el Papa Francisco nos invita a celebrar a partir de este a\u00f1o, el pr\u00f3ximo 8 de diciembre, el A\u00f1o Jubilar de la Misericordia.<\/p>\n

El A\u00f1o Jubilar de la Misericordia<\/strong><\/p>\n

El pasado 11 de abril dio a conocer el Papa Francisco la Bula de convocaci\u00f3n del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Recordemos que ordinariamente cada veinticinco a\u00f1os la Iglesia ofrece a los fieles una ocasi\u00f3n de renovaci\u00f3n espiritual con los llamados A\u00f1os Santos o Jubileos. En ellos, se proponen pr\u00e1cticas y celebraciones lit\u00fargicas para reconciliarse con Dios, profundizar la conversi\u00f3n, obtener el perd\u00f3n de los pecados y la remisi\u00f3n de la pena, por medio de las indulgencias<\/em>. Es el momento de retornar a Dios, de repasar las condiciones de nuestra vida, de orientarla en adelante hacia aquellas metas que agradan a Dios. Tambi\u00e9n la Iglesia acostumbra a promulgar Jubileo Extraordinarios, con alg\u00fan motivo especial. El Papa Francisco ha querido hacerlo para el pr\u00f3ximo a\u00f1o, con la contemplaci\u00f3n del misterio de la Misericordia divina, \u201cpara poder ser tambi\u00e9n nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre<\/em>\u201d (Bula Misericordiae vultus<\/span> = MV<\/span>, 3). La Misericordia es \u201cfuente de alegr\u00eda, de serenidad y de paz. Es condici\u00f3n para nuestra salvaci\u00f3n. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Sant\u00edsima Trinidad. Misericordia: es el acto \u00faltimo y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el coraz\u00f3n de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la v\u00eda que une a Dios y al hombre, porque abre el coraz\u00f3n a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el l\u00edmite de nuestro pecado<\/em>\u201d (MV<\/span>, 2).<\/p>\n

Con relaci\u00f3n a la misi\u00f3n de CARITAS hago notar el \u00e9nfasis del Papa Francisco en la irradiaci\u00f3n de la Misericordia frente a la situaci\u00f3n que viven los pobres. As\u00ed escribe: \u201cEs mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales<\/span>. Ser\u00e1 un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todav\u00eda m\u00e1s en el coraz\u00f3n del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina<\/em>\u201d (MV<\/span>, 15). Estas palabras nos ayudan a comprender que la participaci\u00f3n en CARITAS es expresi\u00f3n de la misericordia que hemos recibido y que deseamos trasmitir a los hermanos, y por eso el A\u00f1o Jubilar representa un momento importante, una instancia de renovaci\u00f3n, de nueva y m\u00e1s profunda fundamentaci\u00f3n de nuestra tarea.<\/p>\n

 <\/p>\n

Compasi\u00f3n<\/em><\/p>\n

La Misericordia se despliega en los gestos y palabras de Jes\u00fas, y el Santo Padre lo presenta en tres actitudes. La primera, la compasi\u00f3n: \u201cLo que mov\u00eda a Jes\u00fas en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual le\u00eda el coraz\u00f3n de los interlocutores y respond\u00eda a sus necesidades m\u00e1s reales<\/em>\u201d (MV<\/span>, 8). Esta actitud es fundamental, pues sin sentir el dolor del que sufre, sin padecer-con-\u00e9l<\/em>, nuestras acciones no ser\u00edan como las de Jes\u00fas, ni estar\u00edan plenamente inspiradas en la Misericordia que debemos trasparentar.<\/p>\n

 <\/p>\n

Perd\u00f3n<\/em><\/p>\n

La Misericordia se expresa en el perd\u00f3n ofrecido a los pecadores, para que regresen a la casa paterna: \u201cEn las par\u00e1bolas dedicadas a la misericordia, Jes\u00fas revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jam\u00e1s se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasi\u00f3n y la misericordia<\/em> (MV<\/span>, 9). Con el perd\u00f3n llega la capacidad de tolerar, de esperar pacientemente la hora oportuna, el toque de la gracia, para no imponer nuestros ritmos sino acoger con generosidad y comprensi\u00f3n las necesidades y carencias del otro. En el Padre nuestro pedimos: \u201cPerd\u00f3nanos, como nosotros perdonamos<\/em>\u201d.<\/p>\n

\u00a0<\/em><\/p>\n

Caridad<\/em><\/p>\n

En el ejercicio de la caridad debe estar siempre presente la Misericordia, que como dice el Papa \u201ces la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acci\u00f3n pastoral deber\u00eda estar revestido por la ternura con que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a trav\u00e9s del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia<\/em>\u201d (MV<\/span>, 10). Estas palabras nos marcan fuertemente cu\u00e1l debe ser el estilo de nuestro accionar: c\u00f3mo recibir, c\u00f3mo salir al encuentro de los hermanos, c\u00f3mo reconocer sus necesidades, c\u00f3mo aplicar el b\u00e1lsamo del consuelo con nuestra ayuda fraterna y desinteresada.<\/p>\n

\u00a0***<\/p>\n

\u00a0Escuchemos la invitaci\u00f3n del Papa Francisco de abrazar decididamente la gracia de la Misericordia que nos es ofrecida, y hacernos trasmisores de ella en el servicio de la Iglesia que llega a los hermanos. Para esto debemos primero conocer la inmensidad del amor que Dios nos tiene y saber las profundidades del abismo del pecado, que es rechazo de Dios. \u201cAbramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sint\u00e1monos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerqu\u00e9moslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocres\u00eda y el ego\u00edsmo<\/em>\u201d (MV<\/span>, 15). \u00a0Pero la Misericordia alimenta la esperanza, y da fecundidad a la obra de la Iglesia y trae luz y calor de redenci\u00f3n a los corazones de los fieles.<\/p>\n

Concluimos con la invitaci\u00f3n que el Santo Padre nos dirige: \u201cMar\u00eda atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce l\u00edmites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oraci\u00f3n del Salve, Regina<\/span>, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jes\u00fas<\/em>\u201d (MV<\/span>, 24).<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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