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Cercanía, pequeñez y esperanza

Celebraciones de Navidad del obispo de Nueve de Julio
La contemplación del misterio de la navidad representado en el pesebre nos habla de la cercanía y la pequeñez del Dios-con-nosotros, del Emanuel que viene, y ello reaviva nuestra esperanza” afirmó el Obispo de Nueve de Julio en la celebración de la Navidad.
El obispo de Nueve de Julio, Ariel Torrado Mosconi, celebró la Misa de nochebuena en la Iglesia catedral Santo “Domingo de Guzmán” el martes 25, igualmente, hizo lo propio el miércoles 25 por la mañana en el Carmelo “San José” y nuevamente en Catedral por la tarde.
Comentando los textos bíblicos de la misa de nochebuena comenzó afirmando: “En el misterio del nacimiento que estamos celebrando se hace patente la cercanía de Dios que viene a nuestro encuentro: hagamos memoria de la historia de las visitas, los acercamientos, los encuentros de Dios en nuestra propia vida”. Luego continuó: “El Dios grande, el omnipotente, se hace pequeño y nos llama a nosotros también a redescubrir el valor de la pequeñez y la sencillez en todo, a recorrer el camino de la humildad, para crecer y alcanzar la madurez en Cristo”. Finalmente, haciendo alusión al Jubileo inaugurado por el Santo Padre y recordando al beato Pironio, invitó a reavivar y cultivar la virtud de la esperanza: “Ella fundamenta y sostiene todas nuestras esperas, deseos, proyectos y propósitos al mostrarnos el horizonte de la eternidad, la meta que es Dios mismo” concluyó.
En la misa de la iglesia de las carmelitas descalzas afirmó: “Este camino de la pequeñez, es aquello que santa Teresita del Niño Jesús señaló como la “infancia espiritual”, la configuración con Jesús y la senda de la vida cristiana viviendo como niños en la presencia de Dios”.
En la homilía de la misa vespertina de la catedral invitó a la meditación del bellísimo prólogo del evangelio de Juan, recién proclamado, en la contemplación del pesebre, para reavivar la esperanza: “El misterio del Verbo hecho carne humana, mirando al Niño del pesebre, despierta la esperanza en nuestras vidas, porque vemos que no hay nada imposible para Dios»
En cada una de la celebraciones hizo alusión al Año santo jubilar, cuya apertura tuvo lugar esta Navidad en Roma por parte del Santo Padre Francisco, recordando su sentido: “Es realmente un tiempo de renovación interior que llega y abarca todos los aspectos de las existencia, por el camino de la conversión, que tiene su punto culminante en la misericordia, el perdón y la indulgencia”. En este sentido recordó cuanto pide el Papa en la Bula de convocatoria: “Esta renovación interior se mostrará y tendrá su fruto concreto en las obras de misericordia, el cuidado de los que sufren, el compromiso por la paz en todos los niveles y la responsabilidad para con la creación”. En todas ellas invitó a los fieles a participar de la apertura diocesana el domingo 29, partiendo desde el santuario de Fátima hacia las 19:30 hs. hacia la Catedral.
Asimismo, evocó la figura del beato Eduardo Francisco Pironio, nacido en Nueve de Julio, uno de cuyos temas sobresalientes en la predicación y los escritos fue la esperanza: “En tiempos difíciles para la patria y cruciales en la Iglesia supo orientar y animar llamando reavivar la esperanza, una esperanza capaz de transformar las realidades terrenas, aunque firmemente anclada en Dios y con el horizonte siempre puesto en la eternidad”, afirmó.