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14 abril, 2025

El Triduo Pascual: fundamento de nuestra esperanza

En el corazón del Jubileo 2025, recordamos que nuestra esperanza nace de la fe en la vida eterna. El Triduo Pascual, memorial vivo de Cristo muerto y resucitado, es el centro de nuestra fe y la roca firme de nuestra esperanza.

Decimos con confianza: “Creo en la vida eterna”. Esta afirmación no es solo un artículo de fe, sino la base sólida sobre la que se apoya la esperanza cristiana. Como enseña el Catecismo (n. 1817), la esperanza es la virtud teologal por la cual aspiramos a la vida eterna como nuestra verdadera felicidad.

Cuando se pierde este horizonte divino —como ocurre con frecuencia en nuestros tiempos—, la dignidad humana se ve profundamente herida. Los grandes enigmas del dolor, la culpa, la muerte o el sentido de la existencia quedan sin respuesta, abriendo paso a la desesperanza (Gaudium et Spes, n. 21).

Nosotros, en cambio, como peregrinos de la esperanza, sabemos que hemos sido salvados para vivir en la espera activa del encuentro definitivo con el Señor de la Gloria. Nuestra historia personal y la historia del mundo no caminan hacia el vacío, sino hacia la plenitud en Cristo.

Confiados en su cruz y su gloriosa resurrección, caminamos junto al Señor hacia la gloria de Dios. Vivamos este tiempo santo con los ojos puestos en Él, con el corazón abierto a su venida y con la alegría de saber que estamos llamados a vivir para siempre en su amor (cf. Bula Jubilar, n. 19).

¡Feliz Pascua a todos los fieles de la diócesis!
Sigamos caminando, como verdaderos peregrinos de la esperanza.