Noticias

15 marzo, 2023

En la partida del padre Luis Ernesto Dielh: Apasionado oyente y comunicador de la palabra de Dios

“Pasión por explicar la Palabra de Dios comunicándola con claridad y sencillez para ser comprendida por todos, especialmente los más humildes” así lo afirmó el obispo diocesano Ariel Torrado Mosconi en la homilía de la misa exequial del presbítero Luis Ernesto Diehl, celebrada en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores del Trenque Lauquen.

El martes 14 de marzo falleció en Trenque Lauquen monseñor Luis Ernesto Diehl, donde había residido los últimos quince años. El “Padre Luis” -como era conocido y tratado- nació en Morón el 21 de junio de 1935, menor de una familia de doce hermanos hijos de Ernesto y Enriqueta Berrondo. Se graduó y ejerció como abogado, luego de una intensa actividad en grupos juveniles misioneros, ingresó en el seminario de Villa Devoto por su diócesis de origen. Recibió las ordenaciones diaconal y presbiteral de monseñor Miguel Raspanti y pasó a ejercer su ministerio en nuestra diócesis de Nueve de Julio el año 1960, siendo su primer destino la parroquia de Trenque Lauquen. Párroco sucesivamente en “Nuestra Señora de Luján” en Tres Lomas, de la Iglesia catedral “Santo Domingo de Guzmán” en Nueve de Julio, de “San Bernardo” en Roberts y de “Nuestra Señora del Rosario” en Veinticinco de Mayo, colaboró luego en las parroquias de Carlos Casares y Trenque Lauquen, en cada una de ellas deja un imborrable recuerdo de persona íntegra, sacerdote bondadoso y de consejo.

Animó y acompañó las misiones juveniles de la comunidad treslomense en la Patagonia por más de veinte años, abriendo caminos de ser y actuar misioneros. Escritor prolífico, se preocupó apasionadamente por hacer comprensible la Sagrada Escritura y la Liturgia a los fieles, especialmente a los más sencillos o alejados. Desde su retiro como párroco, se dedicó casi a tiempo completo a la tarea de hacer comentarios y adaptaciones pedagógicas -tal como él mismo las denominaba- a la Palabra de Dios para su uso en la oración, la catequesis y la pastoral. En la misma línea, cabe destacar su aprecio y valoración de la religiosidad popular, motivo de su reflexión, así como de su preocupación en la actividad parroquial y misionera concretas. Durante muchos años participó de un grupo de reflexión teológico-pastoral en Buenos Aires junto a destacados especialistas tales cuestiones. En su primer destino pastoral, formó parte del cuerpo de Bomberos Voluntarios. Se refería a ello simpáticamente como “su pecado de juventud”, siendo un testimonio aún recordado y valorado por esa comunidad. Muchos sacerdotes de la generación intermedia del clero diocesano, lo recuerda y aprecia como referente y consejero de su ministerio. En el año 2000 fue distinguido con el nombramiento pontificio de “Prelado de Su Santidad”.

La misa exequial tuvo lugar en la Iglesia parroquial de Trenque Lauquen el miércoles 15, presidida por monseñor Ariel Torrado Mosconi concelebrada por el párroco local padre Juan Carlos Pellegrino y sacerdotes del presbiterio diocesano con la participación de familiares, amigos, consagrados y fieles laicos de las comunidades por donde el Padre Luis había pasado. En la homilía, el pastor diocesano comenzó recordando: “su paternidad que tanto bien hizo y que marcó la vida de las comunidades por donde pasó y la de la Iglesia diocesana en su conjunto, junto a las de los recordados padres Pedro (Traveset) y “Caíto” (Carlos Mateos). Por todo lo cual, tenemos sentimientos encontrados: agradecidos por su vida y ministerio, pero un poco huérfanos por su partida”. Luego destacó: “Su pasión por dar a conocer, explicar y difundir la Palabra de Dios, fruto de la escucha atenta y la oración prolongada”. Finalmente afirmó: “En la últimos tiempos ya no pudo escribir más. Su último testimonio silencioso fue de aceptación. Cuando se le preguntaba: ´¿cómo estás?´, contestaba ´esperando´, nada más, sencillamente. Y esa fue su última gran lección de siervo bueno y fiel”.

Al comienzo de la celebración, el Padre Juan agradeció la participación de los presentes y de cuántos acompañaron de una manera u otra al Padre Luis en los últimos tiempos y, al final, dio su propio testimonio sobre la vida del sacerdote fallecido, recordando algunos aspectos de su personalidad y, sobre todo, su amor a la Iglesia que no dejó de vivir y testimoniar aún en los momentos de ´noche oscura´ y prueba.

Numerosa fue la participación de los fieles tanto en el velatorio, como en la misa de la tarde anterior o en las mismas exequias. Las cenizas del padre Diehl reposarán en el cinerario de la Iglesia parroquial trenquelauquense.