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25 noviembre, 2015

Inicio del Jubileo de la Misericordia

jubileo logoEl Jubileo de la Misericordia ha sido convocado por el Papa Francisco para ser vivido intensamente en cada Diócesis, de manera que cualquiera pueda encontrar la misericordia de Dios Padre a través de la actividad solícita de la Iglesia. El signo más evidente de esta solicitud pastoral es la posibilidad de abrir la Puerta de la Misericordia en todas las diócesis. Estas puertas, equivalentes a las Puertas Santas de las Basílicas papales de Roma, permitirán realizar la peregrinación jubilar también a quienes no puedan llegar a Roma.

Después del inicio solemne del Año Santo –  marcado por la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el próximo 8 de diciembre – todas las Iglesias particulares abrirán la Puerta de la Misericordia, en comunión con la Iglesia de Roma, en la celebración eucarística del tercer domingo de Adviento (Domingo Gaudete). En nuestra Diócesis el sábado 12 de diciembre en Nueve de Julio se llevará a cabo la apertura de la Puerta de la Misericordia. A partir de las 18 hs. nos congregaremos en el Parque Municipal de la ciudad cabecera de la Diócesis donde se realizará una celebración comunitaria de la reconciliación y a las 19 hs. comenzaremos la peregrinación hacia la Catedral. Allí el Obispo abrirá solemnemente la Puerta Santa por la que ingresaremos todos los peregrinos al Templo para celebrar juntos la Eucaristía dando inicio a este Año Santo que el Papa Francisco nos ha regalado.

Una vez atravesada la Puerta Santa o Puerta de la Misericordia, o que se verifique una de las otras circunstancias en las que el Papa Francisco ha concedido que se pueda obtener la indulgencia (por ejemplo, para los enfermos, los encarcelados y para cualquier persona que realiza en primera persona una obra de misericordia), además de las condiciones habituales que piden un corazón bien dispuesto para que la gracia pueda obtener los frutos esperados, los fieles deberán dedicarse un momento a la oración para cumplir con los últimos requisitos: la profesión de fe y la oración por el Papa y por sus intenciones. Esta última podrá ser al menos un Padre Nuestro – la oración que Jesús mismo nos enseñó para dirigirnos al Padre como hijos – pero posiblemente aún más. En particular, teniendo en cuenta el espíritu propio de este Año Santo, se sugiere recitar la hermosa oración del Papa Francisco para el Jubileo, y de concluir el momento de oración con una invocación al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, “Jesús Misericordioso, en Vos confío”).