Jóvenes, Noticias
Un reencuentro que renueva la vida, la alegría y la amistad

Pascua Joven en la diócesis de Nueve de Julio
“Soy Yo, no teman” fue el lema que convocó a 300 jóvenes y adolescentes de la diócesis de Nueve de Julio, en la ciudad de Lincoln para celebrar el Triduo pascual.
Desde el jueves 17 hasta la mañana del domingo 20 de abril, 300 adolescentes y jóvenes de la diócesis nuevejuliense se dieron cita en el predio de la Sociedad rural de la ciudad de Lincoln para vivir en clima de retiro y convivencia espiritual los días centrales de la Semana santa en su “Pascua Joven” convocados por el Equipo de pastoral juvenil.

Cada jornada, estuvo marcada por momentos de silencio para la reflexión llamados “desierto”, charlas, reuniones por grupo y oración comunitaria y personal. Al atardecer de cada día se tenía la celebración litúrgica correspondiente: misa de la cena del Señor, celebración de la Pasión y Vigilia Pascual.
El objetivo del primer día fue que los jóvenes se encontraran consigo mismos para descubrir las realidades que habitan en su interior y mirarlas a la luz de la presencia de Jesús en sus vidas. El segundo día -viernes santo- trataron de encontrar las “cruces” que hay en sus vidas y el modo de asumirlas sabiendo que el Señor las carga con y por nosotros. El sábado santo, con una fuerte impronta mariana, trataron de ver cómo se camina en la vida según el evangelio y el ejemplo de María desde el silencio, la fidelidad, la generosidad y la esperanza en la convivencia con los demás. Finalmente, al celebrar la resurrección, valorar el fruto del encuentro con Jesús que es la alegría, la paz y todos los dones de Dios presentes en la propia vida.
El momento culminante, cargado de devoción y conmoción, fueron las celebraciones litúrgicas del triduo que les ayudo a participar intensamente del misterio grande de la pasión, muerte y resurrección del Señor. El sábado por la mañana, varios sacerdotes de la diócesis se acercaron para celebrar el sacramento de la reconciliación escuchando las confesiones de las chicas y los chicos presentes.

Capítulo aparte merece el diálogo hondo y franco que mantuvieron los participantes con el obispo diocesano la mañana del sábado. Monseñor Torrado Mosconi, respondiendo a las preguntas de los presentes, contó su experiencia de fe y la vocación sacerdotal, contestó a varias dudas y planteamientos sobre la vida según el evangelio a la edad quienes estaban allí e hizo un llamado a plantearse y discernir “lo que Dios quiere de mí”, la vocación a la cual soy llamado.

El Delegado diocesano de pastoral juvenil, presbítero José Pedraza, al agradecer tanto los frutos como la generosa colaboración del Equipo de pastoral, de la parroquia local y de cuantos trabajaron para hacer realidad esta cita anual, afirmó: “Hemos vivido una linda experiencia, sobre todo, de la cercanía de Jesús resucitado en la vida de estos chicos”. “Jesús, como en la imagen del evangelio que sirvió como lema, dice a cada chico Soy yo tranquilícense no tenga miedo” destacó. Y terminó valorando la convicción, coraje y generosidad de esos jóvenes que: “Se animaron de decir que sí a Jesús”.