Noticias, Pascua

20 abril, 2025

En la pascua renace nuestra esperanza

Vigilia y domingo de Pascua en la catedral de Nueve de Julio

“La fe en Jesús resucitado es la fuente cierta de nuestra esperanza” afirmó el Obispo diocesano nuevejuliense en su mensaje pascual al presidir las celebraciones del día.

El obispo de Santo Domingo de Nueve de Julio, Ariel Torrado Mosconi, presidió la solemne Vigilia pascual en la Catedral el sábado 19 de abril, la Misa del Carmelo de “San José” de la ciudad el domingo por la mañana y la Misa vespertina solemne nuevamente en la Iglesia catedral.

La Vigilia comenzó fuera del templo catedralicio con la bendición del fuego nuevo, la procesión con el Cirio pascual y, ya dentro, el canto del pregón y la liturgia de la Palabra repasando los momentos culminantes de la historia de la salvación en la cual se inserta el canto del Gloria y del Aleluya. Luego de la predicación tuvo lugar el rito de la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales para culminar con la liturgia eucarística.

En la homilía el Pastor diocesano afirmó: “Cristo vivo se nos muestra a través de estos signos de vida: la luz, la palabra, el agua y el pan que nos remiten a la realidad sagrada. Cristo viene a llenarnos de luz. Cuando Él no está, la vida se llena de oscuridad y tristeza: cuando nos encontramos con Él, hay alegría, belleza y sentido. Con la lectura de la Palabra hicimos memoria de la historia de la salvación que, también nos ayuda a recordar nuestra propia historia de salvación: la propia existencia en la cual Dios también está, la conduce, actúa sacándonos del mal y del pecado para llevarnos a una vida nueva. El agua y la renovación de las promesas bautismales ponen de manifiesto esa vida nueva, el amor de Dios en su perdón que purifica, el gozo de la misericordia que renueva. Finalmente, el pan de la eucaristía nos hace experimentar la presencia viva del Señor Jesús resucitado que nos comunica su misma vida, sale a nuestro encuentro y nos lleva de alegría”. Finalmente invitó a que el canto del Aleluya se haga con toda la vida, desde la convicción interior de fe: “El Aleluya que cantamos de todo corazón junto al deseo de una feliz pascua, no será un canto vacío ni un deseo vago, sino expresión del encuentro personal con Él”.

En la misa del monasterio carmelitano, durante la homilía, reflexionó sobre la Pascua como certeza y fuente de esperanza, exhortando a llevar una “existencia pascual”, siendo así, signos y testimonio de esperanza para los demás.

En la homilía de la misa solemne de la catedral por la tarde sostuvo: “Celebramos la alegría del paso, de la pascua del Señor por nuestra vida. En el Evangelio de hoy encontramos tres acciones ¿Cuál es el paso que tenemos que dar en nuestra vida? Está en esas tres acciones: buscar, amar y creer”. Luego continuó: “Buscar en ponerse en movimiento para renovar la vida. Salir de la asedia y el apoltronamiento y buscar a Dios. ¿Dónde? En el necesitado; en la oración, el silencio y la lectura de la Palabra; en los sacramentos, sobre todo en la eucaristía participando de una manera renovada. El amor es el motor de la existencia. María Magdalena, el Discípulo amado, Pedro nos lo muestran hoy. A veces se va perdiendo el deseo de Dios -como también se apaga en el resto de la relaciones personales- y hay que encenderlo cada día, revivir el amor encontrándonos íntimamente con Él, ya que está vivo. La fe no es creer en algo abstracto, en ideas, sino que es fruto de un encuentro con Jesús vivo, es confiar y entregarle toda la vida, ponerse en sus manos. Finalmente exhortó a: “Vamos a renovar ahora nuestras promesas bautismales, la profesión de nuestra fe, pidamos que ella renueve toda nuestra vida”.