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Entregado por amor

“Jesús puesto de rodillas lavando los pies de sus discípulos nos interpela a la humildad y el servicio” fue la expresión del Obispo diocesano sintetizando la significación de las celebraciones del inicio del Triduo pascual.
Al atardecer del Jueves santo, el obispo de la diócesis monseñor Ariel Torrado Mosconi, presidió la misa de la Cena del Señor, en la cual se conmemora la institución de la santa Eucaristía, del sacerdocio y del mandamiento nuevo del amor, con la cual se da inicio al sagrado Triduo pascual de la pasión, muerte y resurrección del Señor. El viernes santo, en horas de la tarde, presidió la celebración de la Pasión del Señor y encabezó el Vía crucis del anochecer en el paseo de La Trocha.
El Jueves santo, el Pastor diocesano, presidió la Misa de la Cena del Señor en la Iglesia catedral, durante la cual se conmemora precisamente la Última cena de Jesús con sus apóstoles y en la cual la tradición eclesial ha visto siempre la institución de los sacramentos del sacrificio eucarístico y del sacerdocio junto al testamento o mandamiento nuevo de vivir en el amor como testimonio y estilo de vida de los cristianos.
Durante la homilía monseñor Ariel comenzó diciendo: “en esta noche Jesús concentra en un gesto su testamento espiritual”. Luego comentó: “llegada la hora Jesús quiso dejar grabado en las retinas de los suyos lo esencial de todo el evangelio” Y, finalmente, terminó exhortando: “también nosotros grabemos en nuestro corazón esta enseñanza de Jesús para que aprendamos a vivir sirviendo”
Seguidamente tuvo lugar el rito del Lavatorio de los pies simbolizando así el don, testimonio y mandamiento de Jesús de vivir en el amor y mutuo servicio. Este año se eligió a mujeres y hombres que se destacan en el servicio de la comunidad en la caridad, la catequesis, el acompañamiento de los jóvenes y otras actividades parroquiales. Luego de la liturgia eucarística, se llevó en procesión el santísimo Sacramento eucarístico hasta el lugar de su reserva solemne para ser adorado por los fieles hasta la medianoche, acompañando así al Señor en las horas en las cuales se conmemora su sagrada Pasión.
El Viernes santo a media tarde, el Prelado diocesano, celebró la liturgia de la Pasión del Señor durante la cual se lee esta narración evangélica según el evangelio de san Juan y se tiene una especial oración universal de los fieles intercediendo por todas las necesidades de la humanidad. Luego se llevó a cabo el rito de la adoración de la santa Cruz y la sagrada comunión para culminar esta celebración en sagrado silencio.
En la homilía monseñor Torrado Mosconi sostuvo: “La cruz de Cristo cambió la historia humana”, luego afirmó “los terribles efectos de la pandemia, el horror de la guerra, los conflictos sociales y los sufrimientos de cada uno de nosotros debemos mirarlos iluminados por la sabiduría de la cruz”, para finalizar diciendo: “la tentación de la desesperación, el escepticismo y la impotencia de que el mundo no tiene arreglo y el hombre no tienen cura se desvanecen ante el contundente triunfo del crucificado”
Por la noche tuvo lugar el Vía crucis en el Paseo de La Trocha del cual participó gran cantidad de fieles. Al finalizar, el Obispo exhortó a los presentes diciéndoles: “Hemos seguido los pasos de Jesús con la esperanza de transitar también nosotros a una vida nueva en esta Pascua”
En ambas celebraciones se vivieron momentos conmovedores cuando la feligresía se acercaba a la Cruz y la veneraba con diferentes gestos poniendo de manifiesto su fe, sentimientos y pensamientos más hondos junto a la súplica silenciosa y emocionada.
